El secretario de Comunicación del PP de Extremadura, Luis Alfonso Hernández Carrón, afirmó, en respuesta al portavoz del PSOE que acusó el martes a los populares de no cumplir sus promesas de austeridad, que, en un mes, los altos cargos del Gobierno extremeño se han reducido un 35 %. "Los socialistas extremeños han pedido la austeridad que ellos no han sido capaces de poner en marcha", afirmó ayer Carrón ante el anuncio de los socialistas de que Vara se quedó en puertas de hacer una reducción del 30% de los altos cargos para después de las elecciones.
Igual que a nivel nacional también quedarían para después de las elecciones las propuestas de ahorro del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que pudiendo hacerlo cuando era el hombre fuerte de José Luis Rodríguez Zapatero, es ahora cuando quiere suprimir las 38 diputaciones de régimen general, justo cuando, además, el PSOE se ha quedado con sólo 8 en toda España.
Sin embargo, se aferran a venderlo como medidas para situaciones "nuevas", como si la crisis económica hasta hoy mismo, con los socialistas sin gobernar con las medidas que ahora saca Rubalcaba de su chistera, fuera muy distinta de la que habrá a partir del 20N, cuando ya sí los socialistas ejecutarían, al parecer, esas medidas que meses atrás no son posibles.
Como no podía ser de otra manera ante estas improvisaciones para atraer electores, en el propio PSOE esta medida ha encontrado oposición. Otro candidato socialista, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, como mucho accedería a cambiar "alguna" de las actuales funciones de las diputaciones; y su consejero de Gobernación, Francisco Menacho, se mostró partidario de ellas "a ultranza".
El mismo Rubalcaba no se había mostrado hasta ahora partidario de la supresión, sino de una transformación ("La pregunta no es "diputaciones si o no, sino diputaciones ¿para qué?" dijo en fecha tan reciente como el 25 de junio). Mas al ser nombrado candidato se percató de que es ahora, tras 4 años de crisis, el momento de acabar con el dispendio; igual que cuando ha sido nombrado candidato se ha dado cuenta de tantísimas medidas de ZP que justo desde el 20N ya no son buenas para los tiempos que él llama nuevos porque en su elucubración afirma hallar los manidos brotes verdes. Una enumeración bastante clarificadora de estas medidas que en el gobierno de Zapatero no eran posibles (como que los impuestos no se ceben con la clase trabajadora o que no sirvan para financiar bancos), pero en el de Rubalcaba sí lo serían, las desgrana Elena Valenciano, la que tiene que inventarse las excusas para Rubalcaba (como que clase media son los que tienen más de 110.000 euros sin contar la vivienda habitual), en una entrevista concedida a El País.
Al igual que Rubalcaba, el ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, José Blanco, declaró que la diputaciones forman parte de una estructura obsoleta diseñada en el siglo XIX -¿y hasta ayer no lo eran?-. "Por supuesto" la propuesta no incluiría a las diputaciones forales vascas; no en vano ha sido el PNV el aliado preferencial del PSOE en esta legislatura, cosa que no habría ocurrido con una mayor fortaleza de las alternativas de izquierda que hubieran guiado al PSOE por un camino distinto al del nacionalismo. Las encuestas parecen indicar que para el 20N los socialistas tendrán que cambiar sus socios nacionalistas por socios de izquierda.
Esa fortaleza de una izquierda que revisa que el ahorro se lleva a cabo, existe en Extremadura tras las últimas elecciones autonómicas, y la Junta de Extremadura ha pasado de tener 11 consejerías a 7, de 12 a 11 secretarías generales, de 40 a 28 direcciones generales, de 8 a 2 gerencias territoriales del Sexpe, de 8 a 4 gerencias de área del SES y de 2 a ninguno los delegados territoriales del Ejecutivo autonómico. Este último punto es coherente con lo afirmado por el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, de que "existe un error histórico" porque las autonomías debían haber utilizado las diputaciones como delegaciones provinciales en lugar de recurrir a su propio personal.
Por último, criticó Hernández Carrón también el desorden en el inventario de los coches oficiales de la Junta: afirmó que hay en torno a 2.100 vehículos y no 1.500 como señaló el portavoz socialista, y que más de cien están en los aparcamientos de la Junta sin usar. Y este gasto mientras se mantenía a los proveedores sin cobrar. Ese mismo día 25 de junio pidió Rubalcaba prioridad al pago a los proveedores, mientras que el Gobierno saliente de su partido en Extremadura les dejaba más de 500 millones de euros a deber.
Igual que a nivel nacional también quedarían para después de las elecciones las propuestas de ahorro del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que pudiendo hacerlo cuando era el hombre fuerte de José Luis Rodríguez Zapatero, es ahora cuando quiere suprimir las 38 diputaciones de régimen general, justo cuando, además, el PSOE se ha quedado con sólo 8 en toda España.
Sin embargo, se aferran a venderlo como medidas para situaciones "nuevas", como si la crisis económica hasta hoy mismo, con los socialistas sin gobernar con las medidas que ahora saca Rubalcaba de su chistera, fuera muy distinta de la que habrá a partir del 20N, cuando ya sí los socialistas ejecutarían, al parecer, esas medidas que meses atrás no son posibles.
Como no podía ser de otra manera ante estas improvisaciones para atraer electores, en el propio PSOE esta medida ha encontrado oposición. Otro candidato socialista, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, como mucho accedería a cambiar "alguna" de las actuales funciones de las diputaciones; y su consejero de Gobernación, Francisco Menacho, se mostró partidario de ellas "a ultranza".
El mismo Rubalcaba no se había mostrado hasta ahora partidario de la supresión, sino de una transformación ("La pregunta no es "diputaciones si o no, sino diputaciones ¿para qué?" dijo en fecha tan reciente como el 25 de junio). Mas al ser nombrado candidato se percató de que es ahora, tras 4 años de crisis, el momento de acabar con el dispendio; igual que cuando ha sido nombrado candidato se ha dado cuenta de tantísimas medidas de ZP que justo desde el 20N ya no son buenas para los tiempos que él llama nuevos porque en su elucubración afirma hallar los manidos brotes verdes. Una enumeración bastante clarificadora de estas medidas que en el gobierno de Zapatero no eran posibles (como que los impuestos no se ceben con la clase trabajadora o que no sirvan para financiar bancos), pero en el de Rubalcaba sí lo serían, las desgrana Elena Valenciano, la que tiene que inventarse las excusas para Rubalcaba (como que clase media son los que tienen más de 110.000 euros sin contar la vivienda habitual), en una entrevista concedida a El País.
Al igual que Rubalcaba, el ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, José Blanco, declaró que la diputaciones forman parte de una estructura obsoleta diseñada en el siglo XIX -¿y hasta ayer no lo eran?-. "Por supuesto" la propuesta no incluiría a las diputaciones forales vascas; no en vano ha sido el PNV el aliado preferencial del PSOE en esta legislatura, cosa que no habría ocurrido con una mayor fortaleza de las alternativas de izquierda que hubieran guiado al PSOE por un camino distinto al del nacionalismo. Las encuestas parecen indicar que para el 20N los socialistas tendrán que cambiar sus socios nacionalistas por socios de izquierda.
Esa fortaleza de una izquierda que revisa que el ahorro se lleva a cabo, existe en Extremadura tras las últimas elecciones autonómicas, y la Junta de Extremadura ha pasado de tener 11 consejerías a 7, de 12 a 11 secretarías generales, de 40 a 28 direcciones generales, de 8 a 2 gerencias territoriales del Sexpe, de 8 a 4 gerencias de área del SES y de 2 a ninguno los delegados territoriales del Ejecutivo autonómico. Este último punto es coherente con lo afirmado por el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, de que "existe un error histórico" porque las autonomías debían haber utilizado las diputaciones como delegaciones provinciales en lugar de recurrir a su propio personal.
Por último, criticó Hernández Carrón también el desorden en el inventario de los coches oficiales de la Junta: afirmó que hay en torno a 2.100 vehículos y no 1.500 como señaló el portavoz socialista, y que más de cien están en los aparcamientos de la Junta sin usar. Y este gasto mientras se mantenía a los proveedores sin cobrar. Ese mismo día 25 de junio pidió Rubalcaba prioridad al pago a los proveedores, mientras que el Gobierno saliente de su partido en Extremadura les dejaba más de 500 millones de euros a deber.
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