El segundo análisis electoral de GAD3 para El Confidencial establece que para garantizarse la mayoría absoluta el 20-N, el PP necesitará un mínimo de 8 puntos sobre el PSOE, distancia que va estrechamente ligada al nivel de bipartidismo. El análisis de las encuestas permite aventurar que en esta ocasión se bajará hasta niveles de bipartidismo similares a 1996, cuando José María Aznar fue incapaz de alcanzar la mayoría absoluta.
Curiosamente, desde 1989 hasta 2008, el hastío de la ciudadanía por los políticos se ha ido traduciendo en un nivel de bipartidismo que no ha cesado de aumentar en las elecciones generales (con el añadido, además, de una asignación de escaños muy superior en porcentaje), hasta encontrarnos donde hoy estamos:
Curiosamente, desde 1989 hasta 2008, el hastío de la ciudadanía por los políticos se ha ido traduciendo en un nivel de bipartidismo que no ha cesado de aumentar en las elecciones generales (con el añadido, además, de una asignación de escaños muy superior en porcentaje), hasta encontrarnos donde hoy estamos:
CONVOCATORIA | VOTOS A PP+PSOE | ESCAÑOS | %ESCAÑOS |
---|---|---|---|
1989 | 65% | 296 | 85% |
1993 | 74% | 300 | 86% |
1996 | 76% | 297 | 85% |
2000 | 79% | 308 | 88% |
2004 | 80% | 312 | 89% |
2008 | 84% | 323 | 92% |
Todas las encuestas publicadas para el 20-N permiten aventurar que el bipartidismo bajará al 78%, al que el análisis de las últimas diez citas electorales asigna 309 escaños. Para conseguir la mayoría absoluta el PP debería conseguir, de ellos, al menos 43 más que su rival, lo que con un bipartidismo del 78% son 8 puntos de ventaja.
Si los votos que concentran PP y PSOE bajan por debajo del 78%, la distancia que necesitará Rajoy para gobernar en solitario irá aumentando, hasta que, en un escenario de eclosión del voto alternativo, Rajoy pueda llegar a necesitar 12 puntos para garantizarse el gobierno.
Así pues, sólo el empuje de IU y UPyD podría hacer peligrar la mayoría absoluta, y no el PSOE, que en ningún caso parece que pueda superar los 133 escaños que necesitaría para evitarla.
La cuestión está, pues, en qué desea el más de un millón de exvotantes socialistas que se pasan al PP según el último tracking electoral de NC Report para La Razón (1.000 entrevistas telefónicas realizadas del 18 al 22 de octubre): si una mayoría absoluta o relativa.
Según el Publiscopio preelectoral, el PSOE, manteniendo una fidelidad de voto del 50% entre quienes les votaron en las anteriores generales, sufriría el doble de fuga de votantes al PP (6%) que a IU. Y del 33% que se refugia en la indecisión, todavía uno de cada 20 dudan si votar al PP, aunque tres de cada 20 consideran a Izquierda Unida.
El PSOE siempre ha cuidado con mimo a esos electores que comparte con el PP, pero que ahora le darán la espalda. Para cautivarles, el PSOE se ha ido decantando en sus legislaturas por no poner límites de renta a la percepción de beneficios a cuenta de un erario público tan necesitado ahora de lo que se regaló a quien no lo necesitaba.
Y no fueron sólo los famosos 400 euros, sino también, por ejemplo, el cheque-bebé. Ha tenido que ser Álvarez-Cascos quien haya puesto en marcha ayudas al nacimiento o adopción de 2.000 euros con límite de renta familiar, algo bastante más progresista que 2.000 euros para Agamenón y para su porquero, o que 400 euros para Agamenón y bastantes menos para su porquero.
Dándose cuenta de ello, un manifiesto al que se han adherido músicos como Joaquín Sabina o Ismael Serrano, actores como Alberto San Juan, Juan Diego Botto, José Sacristán o Pilar Bardem, periodistas como José Luis Losa, Olga Rodríguez o Teresa Aranguren, el jurista Carlos Jiménez Villarejo, el poeta y Catedrático de la Universidad de Granada Luis García Montero, el catedrático de Economía Aplicada y exrector de la Universidad Complutense de Madrid Carlos Berzosa... ha proclamado en el Círculo de Bellas Artes que, frente a la cultura neoliberal que han impuesto los mercados, "son necesarios más que nunca los referentes políticos capaces de encarnar los valores tradicionales de la izquierda", poniendo así en valor la actividad de Gaspar Llamazares en ocho años de diputado al recordar su contribución a la aprobación de leyes de derechos civiles en la primera legislatura de Zapatero o su tenacidad en la defensa de los servicios públicos o contra la precariedad laboral.
Con la certeza de que la sociedad española "no puede prescindir" de la voz y las ideas de Gaspar Llamazares, en palabras del exmagistrado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín, intelectuales y artistas reconocieron ayer el "trabajo parlamentario en nombre de las políticas de izquierda y en defensa de los derechos civiles".
El juez Baltasar Garzón, suspendido cautelarmente en sus funciones en la Audiencia Nacional por investigar los crímenes del franquismo, estuvo presente en el acto con una carta en la que aseguraba que, "en los tiempos difíciles que se avecinan", se precisan personas que, como el portavoz parlamentario de IU, tengan "voluntad de diálogo, integración y comprensión de la pluralidad social".
El hoy número uno de la lista de IU por Asturias para el 20-N aseguró que lo que le ha llevado a tomar la decisión de volver a presentarse es el hecho de que, ante las crisis social, económica y política que está experimentando España, la sociedad ha mostrado "resistencia" y no "pasividad". Agradeció a IU haberle otorgado "la oportunidad de dar voz a los que no la tienen".
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