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10 octubre 2014

La actualidad nos trae un 'hit' de Vara

Los Juzgados de Primera Instancia número 6 y de lo Mercantil de Badajoz acaban de aprobar en un auto recurrible el plan de liquidación de Lusográfica, presentado por la administración concursal el 22 de mayo.

Hace casi tres años se conocía por el BOE que el Ministerio de Economía ordenaba a Lusográfica devolver una subvención de 1.325.000€ más 286.000 en concepto de intereses de demora por no mantener, como ponía de manifiesto el informe que la Junta de Extremadura emitió, tan tardíamente el 15 de febrero de 2011, la inversión pactada de 8,83 millones euros durante 5 años después de finalizar el plazo de vigencia.
Los dos pagos de finales de 2007 y comienzos de 2008 con cargo a Incentivos Regionales, una de las líneas más importantes concedidas por el Gobierno nacional a proyectos empresariales, estaban condicionados además a la creación y mantenimiento de 6 puestos de trabajo, conservando los 54 existentes. Lo que se produjo, en cambio, fue la destrucción de empleo durante los dos años que siguieron al fin del plazo de vigencia.

En febrero de 2009 la industria, propiedad de Salomón Lerner, gran amigo de Alfonso Guerra, presentó concurso de acreedores ante el Juzgado de lo Mercantil, que fue presentado un año después dejando en la calle a 47 trabajadores. El septiembre siguiente acordaba con los acreedores un convenio para salir temporalmente de la suspensión de pagos, que fijaba una 'quita' del 50%, abonándose la mitad restante de la deuda en un plazo de cinco años a partir de 2011.

En junio de 2011 la junta de accionistas aprobó la reducción forzosa del capital social, engullido por las deudas, a cero con amortización de todos los títulos (4,981 millones de euros). Acto seguido, se rehizo el capital social en 60.000€.

La presentación de la factoría del Grupo Lerner la hizo a bombo y platillo Rodríguez Ibarra el 11 de octubre de 2002: Sofiex participaba con el 49% de las acciones (en 2011 conservaría el 24%), 2,4 millones de euros, "dada la solvencia de la compañía"; "traen riqueza y empleo a Extremadura". Actualmente, se encuentra en funcionamiento a un ritmo mucho menor del que tuvo en un principio y habiendo cambiado la actividad principal de publicidad y cartelería a servilletas de papel.

Con "Vara como concejal de Olivenza", donde gobernaba el PSOE, "decían que esta empresa iba a revolucionar el mundo de las artes gráficas y por eso le dieron hasta 13 millones de euros en ayudas de la Junta y del gobierno central" según el hoy presidente extremeño José Antonio Monago (Actualidad Extremadura, 14/02/2011). Pese a ello, la empresa decía no disponer de efectivo y que había que hipotecar los terrenos, que "eran del Ayuntamiento y la empresa no cumplía con las condiciones, que eran crear 100 [108] puestos de trabajo" (íbidem) so pena de revertir los terrenos al Ayuntamiento. Efectivamente, el 27 de marzo de 2006, cuando ya se barruntaba que la empresa ni invertía ni contrataba lo firmado con el gobierno regional, Olivenza acordó suprimir esta cláusula resolutoria del pliego de condiciones económico-administrativas y renunciar a recuperar bajo ninguna circunstancia la finca 'Ramapallas' a cambio de 400€. Los 65.000 metros cuadrados (6 veces lo necesario) se recalificaron como suelo industrial, pudiendo generar unas plusvalías, en caso de venta a 60€ el metro cuadrado, de otros 3,9 millones para el Grupo Lerner.

En esas mismas declaraciones, Monago recordaba que el alcalde de Olivenza era Ramón Rocha, "presidente de la Diputación de Badajoz, miembro de la Mesa de la Asamblea que, además, formaba parte del Consejo de Administración de Caja Badajoz -que le dio parte del crédito a la empresa-, que también formaba parte de Sofiex -que también le dio dinero a la empresa", la cual "ha desmantelado las máquinas y se las han llevado dejando 5 trabajadores solamente" que "lo único que hacen es servilletas para el Servicio Extremeño de Salud".

Los inversores nunca llegaron a poner sobre la mesa los más de 24 millones de euros firmados en el contrato de colaboración, sino que se quedaron en poco más de diez. Entre las subvenciones recibidas, consta una de formación de trabajadores, con cargo a Incentivos Regionales como la que ahora se pide desde Economía, de 3,6 millones de euros.

Andrés Holgado describía el contexto en el número del último 21 de febrero (2011) de la extinta Voz Emérita: "El INI desapareció, al empuje de la modernidad liberal que sufrimos (algo que no se ha dado en sociedades más maduras políticamente como Francia, Inglaterra o Italia, donde el sector público sigue controlando áreas estratégicas [...]) y el desarrollo industrial se dejó al albur de la iniciativa privada. Ello, en tiempos de globalización, ha llevado al desmantelamiento y a la deslocalización de la industria fabril. En Extremadura se intentó crear un 'sector público', liberal por supuesto, con la iniciativa privada como motor".

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