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01 diciembre 2011

Esta peli ya la he visto

El alcalde socialista de Parla, José María Fraile, ha abandonado el encierro de más de 26 horas que inició en la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol, sede del Gobierno de Madrid, junto a tres concejales, el jefe de gabinete, un conductor y al menos una asesora, tras garantizar la concesionaria del tranvía de la ciudad y la empresa de mantenimiento que la circulación se reanudará esta misma tarde. Alstom, multinacional al cargo del mantenimiento, a la que no se le ha abonado ni una factura desde que empezó a prestar el servicio en 2008 (el Ayuntamiento le debe 40 millones de euros), comenzó a interrumpir la circulación el martes por una deuda de 6,5 millones con la concesionaria, Tranvía de Parla S.A., a la que el Ayuntamiento debe 48.

Sin embargo, Fraile quiere además que este servicio "se subvencione por viajero lo mismo que el metro ligero" del oeste de la región: frente a los 3,7 euros por viajero que obtiene Boadilla, son 0,19 los acordados con la Comunidad y el Consorcio de Transportes en su día. Aunque el alcalde se va convencido de que en las próximas semanas se va a sentar con el gobierno regional a renegociar las condiciones tarifarias, el consejero de Transportes, Antonio Beteta, se negó ayer a reconsiderar este punto, al igual que Esperanza Aguirre.

Beteta apostó por mantener un servicio de autobuses alternativo hasta que el Ayuntamiento solucione la deuda, y señaló que en en 2005 el entonces alcalde Tomás Gómez -hoy líder de los socialistas madrileños- se comprometió a encargarse de la explotación y el mantenimiento, a cambio de que la Comunidad financiara el 50% del déficit que produjese. "Con el dinero de todos los madrileños no se puede tapar el agujero de Tomás", insistió Beteta, quien aseguró que se trata de un conflicto entre empresas privadas, excusa proporcionada en bandeja por el PSOE.

Izquierda Unida, que "siempre propuso una alternativa coherente, como la construcción de nuevas estaciones de Cercanías y la ampliación del servicio actual y el reforzamiento y la ampliación de líneas del transporte interurbano", manifestó ayer que siempre se había posicionado "en contra porque consideramos que su implantación no solucionaba los problemas globales de transporte y que dicha inversión inicial y total hipotecaba el futuro económico del municipio", la postura "más realista y coherente" a la vista de que el municipio está desbordado por los gastos del proyecto que ideó Gómez para suplir que Metro Sur no pasase por Parla.

El tranvía ya comenzó a funcionar con un sobrecoste del 40% sobre los 93,5 millones de euros estimados. Unas semanas después Gómez se convirtió en el alcalde más votado de las elecciones del 2007.

Recientemente, a propósito de parte de los 100 despidos que el Ayuntamiento de Parla ha llevado a cabo, Tomás Gómez ha pasado a engrosar la lista de socialistas que actúan en una obra de teatro ya muy repetida:

Acto 1: Un partido, llamémosle PSOE, ignora los derechos de los trabajadores.
Acto 2: Otro partido, sea IU, no tolera estos atropellos y rehúsa participar en la tropelía.
Acto 3: Un tercero, PP, se aprovecha de la circunstancia.
Acto 4: PSOE, haciéndose el tonto sobre su culpa en el Acto 1, acusa a IU de provocar que se beneficie PP.

Y esto ocurría cuando al expresidente extremeño Fernández Vara ya no se le oían sus lamentos, no porque no los siga profiriendo, sino porque ya se han cansado todos de oírle. El secretario general de los socialistas madrileños declaró hace menos de un mes que la ruptura del pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Parla entre el PSOE e IU "lo único" que hace es "ayudar a la derecha". Como si no la ayudara que el "consenso se rompió el pasado 20 de octubre cuando el PSOE aprobó el despido de 66 trabajadores, pese a que nosotros estábamos en contra", según argumentó el coordinador general de IU en la localidad, Antonio Sánchez.

Izquierda Unida-Los Verdes de Parla propuso en el pleno la revocación de la decisión, y, teniendo en cuenta que "todas las vías no están agotadas para evitar los despidos", anunció la ruptura del acuerdo de Gobierno.


Ya que "con el precedente abierto nos sería difícil introducir el cambio a la izquierda en la gestión municipal que nuestros más de 6.700 votantes nos pidieron",
Sánchez transmitió que a partir de entonces el trabajo de IU se desarrollaría desde la oposición, "desde la coherencia y la defensa de los derechos sociales, de los trabajadores y de los intereses de nuestra ciudad".

Efectivamente, sería inútil intentar siquiera girar al PSOE a la izquierda, ya que éste, "a partir de ahora, podría ejercer [nuevamente] la mayoría que tienen en la Junta de Gobierno, presentar otra serie de propuestas en las que estuviéramos en desacuerdo e imponer su mayoría".

Quienes aún sigan fiándose de lo que determinados socialistas pudieran prometer ante mandamientos de izquierda, tengan en cuenta que el documento del pacto de Gobierno en Parla reflejaba claramente, como principio fundamental, que todas las decisiones se tomarían por consenso en la Junta de Gobierno y el Pleno municipal... y ya ven.

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