En plena catarsis del cinismo socialista que dice defender lo público y que en realidad lo esperanzaaguirrea, resulta muy oportuno el artículo de hoy de Carlos Carnicero. Porque saca a la palestra al exalcalde socialista de León Francisco Fernández, "prejubilado con una compensación de 520.000 euros en su condición de exdirectivo de Caja España, una entidad que ha recibido un préstamo del Fondo de Rescate Ordenado Bancario (FROB) superior a los 500 millones de euros para su fusión con Caja Duero".
Este señor se comprometió en la campaña de las municipales de 2007 a no privatizar el agua, cosa que incumplió en 2009. Cuando se planteó la "externalización", la hasta entonces concejala de Medio Ambiente dimitió, pero quien hoy quiere recibir los votos de los ciudadanos yendo en las listas al Congreso por León (¡de número 2!) es el excalde.
Relata Diagonal que en el primer pleno en el que se iba a plantear el tema, cinco policías municipales se abalanzaron sobre el ecologista Ramiro Pinto Cañón, tirándole al suelo y sacándole en volandas del Ayuntamiento; en días posteriores hubo manifestaciones en las que se recogieron miles de firmas contra la privatización con eslóganes como “somos ciudadanos, no clientes”. En otro pleno, el líder ecologista levantó una carpeta que el entonces candidato a la alcaldía le había dado en campaña electoral como muestra de que no iba a privatizar el agua, en cuya portada se leía: “León PSOE. Otra forma de ser, otra forma de gobernar".
Multas por pegar carteles en un lugar en el que habitualmente se colocan sin ningún problema explicita más aún el carácter represivo y de atentado a la libertad de expresión que muy bien podría compararse con el sufrido por la Plataforma Refinería No por otro gobierno socialista y cuyos últimos coletazos se dieron ayer cuando ninguno de los ocho guardias civiles que declararon afirmó haber visto el golpe por la espalda que dijo recibir el alcalde de Villafranca de los Barros, Ramón Ropero, presente también en la actualidad por otro motivo: los contratos de su hermana como secretaria particular y de un destacado militante y exconcejal socialista como director de la Casa de la Cultura, coordinador de la Universidad Popular y director de los medios de comunicación municipales (radio y televisión), aireados por el PP de la localidad.
Mayor insulto que el del vicesecretario de Comunicación de ese partido, Esteban González Pons, a los votantes socialistas -"no hay ningún español tan idiota que quiera la continuidad"- es el que les profiere el propio PSOE con contradicciones como la que iniciaba este post y otras que Carlos Carnicero desglosa:
"Rubalcaba, como parlamentario del PSOE, ha votado en los últimos meses en por lo menos dos ocasiones contra la dación en pago de las hipotecas españolas.
[...] cómo es posible que José Luis Rodríguez Zapatero sea repudiado por los electores y quien ha sido su mano derecha en el Gobierno durante todos estos años pretenda no tener ninguna responsabilidad en la gestión pública cuya bandera se quiere esconder ahora.
Rubalcaba tiene que explicar qué diferencia hay entre esos personajes de la CAM, de las Cajas gallegas y de las demás entidades socorridas por el Estado que se han llevado el dinero de una forma obscena pertenecientes a la órbita del PP y el exalcalde de León que se ha embolsado medio millón de euros y sigue siendo un fiel asistente del candidato Rubalcaba. Debe explicar cómo es posible que el candidato socialista votara en contra de la dación en pago y ahora sea capaz de prometerla como solución. Así no hay quien consiga la confianza de los electores."
Este señor se comprometió en la campaña de las municipales de 2007 a no privatizar el agua, cosa que incumplió en 2009. Cuando se planteó la "externalización", la hasta entonces concejala de Medio Ambiente dimitió, pero quien hoy quiere recibir los votos de los ciudadanos yendo en las listas al Congreso por León (¡de número 2!) es el excalde.
Relata Diagonal que en el primer pleno en el que se iba a plantear el tema, cinco policías municipales se abalanzaron sobre el ecologista Ramiro Pinto Cañón, tirándole al suelo y sacándole en volandas del Ayuntamiento; en días posteriores hubo manifestaciones en las que se recogieron miles de firmas contra la privatización con eslóganes como “somos ciudadanos, no clientes”. En otro pleno, el líder ecologista levantó una carpeta que el entonces candidato a la alcaldía le había dado en campaña electoral como muestra de que no iba a privatizar el agua, en cuya portada se leía: “León PSOE. Otra forma de ser, otra forma de gobernar".
Multas por pegar carteles en un lugar en el que habitualmente se colocan sin ningún problema explicita más aún el carácter represivo y de atentado a la libertad de expresión que muy bien podría compararse con el sufrido por la Plataforma Refinería No por otro gobierno socialista y cuyos últimos coletazos se dieron ayer cuando ninguno de los ocho guardias civiles que declararon afirmó haber visto el golpe por la espalda que dijo recibir el alcalde de Villafranca de los Barros, Ramón Ropero, presente también en la actualidad por otro motivo: los contratos de su hermana como secretaria particular y de un destacado militante y exconcejal socialista como director de la Casa de la Cultura, coordinador de la Universidad Popular y director de los medios de comunicación municipales (radio y televisión), aireados por el PP de la localidad.
Mayor insulto que el del vicesecretario de Comunicación de ese partido, Esteban González Pons, a los votantes socialistas -"no hay ningún español tan idiota que quiera la continuidad"- es el que les profiere el propio PSOE con contradicciones como la que iniciaba este post y otras que Carlos Carnicero desglosa:
"Rubalcaba, como parlamentario del PSOE, ha votado en los últimos meses en por lo menos dos ocasiones contra la dación en pago de las hipotecas españolas.
[...] cómo es posible que José Luis Rodríguez Zapatero sea repudiado por los electores y quien ha sido su mano derecha en el Gobierno durante todos estos años pretenda no tener ninguna responsabilidad en la gestión pública cuya bandera se quiere esconder ahora.
Rubalcaba tiene que explicar qué diferencia hay entre esos personajes de la CAM, de las Cajas gallegas y de las demás entidades socorridas por el Estado que se han llevado el dinero de una forma obscena pertenecientes a la órbita del PP y el exalcalde de León que se ha embolsado medio millón de euros y sigue siendo un fiel asistente del candidato Rubalcaba. Debe explicar cómo es posible que el candidato socialista votara en contra de la dación en pago y ahora sea capaz de prometerla como solución. Así no hay quien consiga la confianza de los electores."
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