Tomó posesión a principios de mes como consejera permanente del Consejo de Estado, un órgano constitucional ninguneado por sus ex compañeros de partido, la ex vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, sin que su sucesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, tuviera reparos en presidir la ceremonia.
En opinión de De la Vega, el Consejo de Estado, además de su función consultiva, cumple otra (desechada por todo dirigente socialista que se precie) de "compromiso con los ciudadanos". Su discurso habló de libertad, igualdad, justicia y progreso, aunque su partido no haya trabajado para que la ciudadanía sea "capaz de construir su bienestar y su felicidad". PSOE y PP, con el apoyo de CiU y PNV, unieron sus fuerzas el 17 de marzo pasado en la subcomisión parlamentaria que estudiaba la reforma de la Ley Electoral (LOREG) para "tumbar" (en palabras de Gaspar Llamazares) el más mínimo cambio en el modelo electoral, pese a que las propuestas de IU venían avaladas no sólo por el informe elaborado el año pasado por el propio Consejo de Estado, sino también por la Carta Magna. Esta semana, el maquillaje que se va a hacer a la norma ha pasado el trámite en el Congreso de la toma en consideración o debate de totalidad.
El Manifiesto promovido por Teodulfo Lagunero en favor de una nueva ley electoral recalca que la LOREG contraviene varios artículos constitucionales (ojo, estudiantes de oposición): el de la obligada representación proporcional (artículo 68. 3), el de acceso a los medios de comunicación públicos (20. 3), el que proclama España la "igualdad" y el "pluralismo político" como uno de los valores nucleares del Estado (1), o el que impulsa la promoción efectiva de la "igualdad" (9). Fruto de esa ley, PSOE y PP, han llamado al voto útil (juzguen Vds. ahora si ha sido útil su voto), ayudando así a la consolidación del "bipartidismo imperfecto", que la Carta Magna expresamente "prohíbe". De tal forma, que la Ley Electoral es "antidemocrática e injusta", hasta el punto de que el Gobierno actual "no es democrático, sino impuesto a los españoles". Han suscrito el manifiesto ya Cayo Lara, José Luis Centella, Gaspar LLamazares, el eurodiputado de IU Willy Meyer, Francisco Frutos, Julio Anguita, escritores como Almudena Grandes, Luis García Montero, Marcos Ana y Andrés Trapiello; artistas como Asunción Balaguer, Willy Toledo, Benito Rabal o Manuel Gerena; activistas como Lidia Falcón, profesores como Juan Torres López o Carlos Fernández Liria...
Mientras, el presidente del órgano consultivo de, y desacreditado por, el Gobierno, Rubio Llorente, resaltaba de De la Vega su lucha por la Igualdad. No la igualdad electoral, claro, porque nunca trabajó por un ciudadano un voto, sino que lo boicoteó. Como presidenta de la Sección VII, se ocupará ahora de Educación, Cultura, Sanidad, Política Social e Igualdad. Estas disciplinas, dijo, "constituyen la base de la concepción positiva del Estado". En el sentido, concretó, de trabajar por lograr una "ciudadanía formada, abierta y saludable física e intelectualmente". Luego, ya se encargarán sus compañeros de partido de que nada de esto prospere.
De la Vega también quiso poner de relieve la trascendencia (aquí risas) de este órgano mediante el cual "el Estado reflexiona sobre si mismo". La ex vicepresidenta, que puso al Consejo de Estado como ejemplo de "independencia" y compromiso con el Estado democrático, afirmó que este órgano se ha convertido en "los ojos de los gobernantes". Pero nuestros gobernantes se los tapan, y también se tapan la nariz para no oler la Ley Electoral que apesta.
En opinión de De la Vega, el Consejo de Estado, además de su función consultiva, cumple otra (desechada por todo dirigente socialista que se precie) de "compromiso con los ciudadanos". Su discurso habló de libertad, igualdad, justicia y progreso, aunque su partido no haya trabajado para que la ciudadanía sea "capaz de construir su bienestar y su felicidad". PSOE y PP, con el apoyo de CiU y PNV, unieron sus fuerzas el 17 de marzo pasado en la subcomisión parlamentaria que estudiaba la reforma de la Ley Electoral (LOREG) para "tumbar" (en palabras de Gaspar Llamazares) el más mínimo cambio en el modelo electoral, pese a que las propuestas de IU venían avaladas no sólo por el informe elaborado el año pasado por el propio Consejo de Estado, sino también por la Carta Magna. Esta semana, el maquillaje que se va a hacer a la norma ha pasado el trámite en el Congreso de la toma en consideración o debate de totalidad.
El Manifiesto promovido por Teodulfo Lagunero en favor de una nueva ley electoral recalca que la LOREG contraviene varios artículos constitucionales (ojo, estudiantes de oposición): el de la obligada representación proporcional (artículo 68. 3), el de acceso a los medios de comunicación públicos (20. 3), el que proclama España la "igualdad" y el "pluralismo político" como uno de los valores nucleares del Estado (1), o el que impulsa la promoción efectiva de la "igualdad" (9). Fruto de esa ley, PSOE y PP, han llamado al voto útil (juzguen Vds. ahora si ha sido útil su voto), ayudando así a la consolidación del "bipartidismo imperfecto", que la Carta Magna expresamente "prohíbe". De tal forma, que la Ley Electoral es "antidemocrática e injusta", hasta el punto de que el Gobierno actual "no es democrático, sino impuesto a los españoles". Han suscrito el manifiesto ya Cayo Lara, José Luis Centella, Gaspar LLamazares, el eurodiputado de IU Willy Meyer, Francisco Frutos, Julio Anguita, escritores como Almudena Grandes, Luis García Montero, Marcos Ana y Andrés Trapiello; artistas como Asunción Balaguer, Willy Toledo, Benito Rabal o Manuel Gerena; activistas como Lidia Falcón, profesores como Juan Torres López o Carlos Fernández Liria...
Mientras, el presidente del órgano consultivo de, y desacreditado por, el Gobierno, Rubio Llorente, resaltaba de De la Vega su lucha por la Igualdad. No la igualdad electoral, claro, porque nunca trabajó por un ciudadano un voto, sino que lo boicoteó. Como presidenta de la Sección VII, se ocupará ahora de Educación, Cultura, Sanidad, Política Social e Igualdad. Estas disciplinas, dijo, "constituyen la base de la concepción positiva del Estado". En el sentido, concretó, de trabajar por lograr una "ciudadanía formada, abierta y saludable física e intelectualmente". Luego, ya se encargarán sus compañeros de partido de que nada de esto prospere.
De la Vega también quiso poner de relieve la trascendencia (aquí risas) de este órgano mediante el cual "el Estado reflexiona sobre si mismo". La ex vicepresidenta, que puso al Consejo de Estado como ejemplo de "independencia" y compromiso con el Estado democrático, afirmó que este órgano se ha convertido en "los ojos de los gobernantes". Pero nuestros gobernantes se los tapan, y también se tapan la nariz para no oler la Ley Electoral que apesta.
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