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15 octubre 2010

¿Por qué le gusta tan poco el agua al PSOE?

El PSOE privatiza el agua en las ciudades, permite que las eléctricas se aprovechen de este recurso sin pagar nada, repercutiéndonos, eso sí, otros supuestos costes, obvia las repercusiones de su Refinería en la cuenca del Guadiana, y ahora también a un Ayuntamiento gobernado por ellos, el de Malpartida de Plasencia, acaba de llegar una orden de ejecución de resolución de expediente sancionador por verter residuos sólidos (plásticos, escombros, pinturas y basura urbanas) en una escombrera situada en la 'zona de policía' (100 metros de ancho protegidos a ambos lados del cauce) del arroyo del Molinillo, que desemboca en el río Tajo poco antes de entrar en el Parque Nacional de Monfragüe. El oficio es de la Confederación Hidrográfica del Tajo (adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino), está firmado por el comisario de aguas y supone una multa de 575.348,77 euros (el 15% del presupuesto local para 2010).

El vertedero municipal continúa aún hoy en el arroyo, después de que el pleno del 2 de junio de 2005 aprobara un convenio para trasladar la escombrera. Izquierda Unida y Partido Popular no han parado de protestar desde entonces, uniendo su queja a las denuncias de particulares, efectuadas incluso en el Seprona de la Guardia Civil cuando los escombros cubrieron encinas jóvenes. ¿Puede ser una solución que, sin estudio técnico alguno, el Ayuntamiento corte seis encinas de más de 20 cm. de diámetro?

A la par, los Verdes de Extremadura han alertado de que los materiales con los que se construyen los muros de contención de las balsas de lodos residuales no garantizan la "resistencia en el tiempo" ni ante "los cada vez más frecuentes imprevistos climatológicos", propiciando "accidentes como el sucedido en Hungría, en una mina de características muy semejantes a Aguablanca", la mina de níquel y cobre de Monesterio (Badajoz), todo un "ejemplo de un proceso devastador a efectos sociales, sanitarios, medioambientales y culturales" y donde los residuos embalsados "no tienen fecha de caducidad", convirtiéndose "en una bomba de relojería".

La "amenaza de rotura, filtraciones y contaminaciones" de la balsa, a menos de 3 km. de El Real de la Jara (Sevilla) "seguirá en pie mucho tiempo después de que su explotación" acabe. De hecho, "el oscurantismo sobre las garantías técnicas y medioambientales, y los compromisos posteriores al cierre que deben ofrecer la empresa y la administración" son intranquilizadores. "La explotación de Aguablanca ha hecho confluir en la comunidad extremeña turbias decisiones políticas con evidentes intereses económicos privados". La "responsabilidad" del Gobierno extremeño (del PSOE, una vez más) es "absoluta", al haber "aprobado y subvencionado en su día" la explotación (igual que con Aznalcóllar hizo otra Administración del PSOE) "en beneficio de una corporación multinacional que ha hipotecado medioambiental y económicamente un espacio protegido, y el agua que ha de beber una población de un millón de habitantes".

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