Los gobiernos de la Europa del Capital amenazan con que una normativa demasiado severa, dicen, ralentizará la concesión de crédito, confirmando otra vez que su política económica consiste en dorar la píldora a la Banca privada. A quiénes prestan dinero los especuladores dejaría de preocuparnos y de vaciarnos los bolsillos si se desarrollase una Banca pública.
Dejarían, así mismo, de suceder incongruencias como que BBVA y Santander se adjudiquen la comercialización de los créditos que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) concederá "directamente" (¡qué desfachatez la de utilizar el término "directamente"!) a las pequeñas y medianas empresas y autónomos. Lo más irrisorio es que se ha aceptado como mérito en las propuestas de los bancos, la promesa de asesorar al cliente en el proceso de solicitud. Lo traducimos: prometen colarle al cliente nuevos servicios, condiciones y comisiones.
Así, esta nueva línea ICO de financiación, una de las estrellas de la agencia financiera del Gobierno en esta etapa de cierre del puño de los Bancos, terminará beneficiando a éstos, como premio por su colaboración a la crisis. Una Banca pública tiraría por tierra la excusa que ha puesto el Gobierno: que a sus grandes instituciones no les compensa asumir los costes de destinar equipos técnicos a analizar operaciones de pequeña cuantía.
¿Y que hay de los sobrecostes para los solicitantes de préstamos públicos? El propio ICO denunció a principios de abril del año pasado que algunas entidades financieras aplicaban diferenciales de hasta el 7% como tasa al conceder los préstamos ¡de la línea de liquidez del instituto público! Ante ello, ¿creen un Vds. que el Gobierno asumió la gestión o impidió ese lucro de la Banca a costa de los que necesitan financiación? No: se limitó a fijar un techo del 1,5%.
En cuanto a la normativa denominada de Basilea III, que pretende forzar a los bancos a mantener niveles de capital más elevados y de mejor calidad, de tal forma que sean más sólidos ante una eventual crisis y no necesiten ser rescatados con fondos públicos, prevista inicialmente para ser puesta en marcha a finales de 2012, será aplazada, igual que dejó de ser una prioridad la tasa a los bancos, como dejó claro el día 3 el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner. Y eso que sus beneficios han sido ponderados por Paul de Grauwe, economista, profesor de la Universidad de Lovaina (Bélgica) y antiguo candidato a la vicepresidencia del BCE: "Cualquier tasa bancaria tiene que ser progresiva, penalizando el negocio. Que los bancos hagan un gran negocio es siempre un peligro. Si eres grande, tus conexiones y redes son más importantes y el riesgo que creas en el banco se propaga más fácilmente al resto del sistema", dando lugar a chantajes al Estado; además, "cuando los bancos se dedican a otros negocios, además de a sus actividad principal, se crean riesgos incontrolables".
E igual que fue aplazado en marzo por Zapatero, como presidente de turno de la UE, el debate sobre la regulación de los fondos especulativos, la mayoría con sede en Londres.
Se enfriaron también, pues, las expectativas de un endurecimiento de los requisitos de solvencia, en la primera conclusión formal de la reunión de ministros de Economía y Finanzas, que se celebró el primer fin de semana del mes en Busan (Corea) como preparación a la cumbre del G-20 de Toronto y en la que estuvo presente, sin voto pero... también sin voz y no porque no la dejen hablar, sino porque traga con todo, la vicepresidenta segunda, Elena Salgado.
Dejarían, así mismo, de suceder incongruencias como que BBVA y Santander se adjudiquen la comercialización de los créditos que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) concederá "directamente" (¡qué desfachatez la de utilizar el término "directamente"!) a las pequeñas y medianas empresas y autónomos. Lo más irrisorio es que se ha aceptado como mérito en las propuestas de los bancos, la promesa de asesorar al cliente en el proceso de solicitud. Lo traducimos: prometen colarle al cliente nuevos servicios, condiciones y comisiones.
Así, esta nueva línea ICO de financiación, una de las estrellas de la agencia financiera del Gobierno en esta etapa de cierre del puño de los Bancos, terminará beneficiando a éstos, como premio por su colaboración a la crisis. Una Banca pública tiraría por tierra la excusa que ha puesto el Gobierno: que a sus grandes instituciones no les compensa asumir los costes de destinar equipos técnicos a analizar operaciones de pequeña cuantía.
¿Y que hay de los sobrecostes para los solicitantes de préstamos públicos? El propio ICO denunció a principios de abril del año pasado que algunas entidades financieras aplicaban diferenciales de hasta el 7% como tasa al conceder los préstamos ¡de la línea de liquidez del instituto público! Ante ello, ¿creen un Vds. que el Gobierno asumió la gestión o impidió ese lucro de la Banca a costa de los que necesitan financiación? No: se limitó a fijar un techo del 1,5%.
En cuanto a la normativa denominada de Basilea III, que pretende forzar a los bancos a mantener niveles de capital más elevados y de mejor calidad, de tal forma que sean más sólidos ante una eventual crisis y no necesiten ser rescatados con fondos públicos, prevista inicialmente para ser puesta en marcha a finales de 2012, será aplazada, igual que dejó de ser una prioridad la tasa a los bancos, como dejó claro el día 3 el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner. Y eso que sus beneficios han sido ponderados por Paul de Grauwe, economista, profesor de la Universidad de Lovaina (Bélgica) y antiguo candidato a la vicepresidencia del BCE: "Cualquier tasa bancaria tiene que ser progresiva, penalizando el negocio. Que los bancos hagan un gran negocio es siempre un peligro. Si eres grande, tus conexiones y redes son más importantes y el riesgo que creas en el banco se propaga más fácilmente al resto del sistema", dando lugar a chantajes al Estado; además, "cuando los bancos se dedican a otros negocios, además de a sus actividad principal, se crean riesgos incontrolables".
E igual que fue aplazado en marzo por Zapatero, como presidente de turno de la UE, el debate sobre la regulación de los fondos especulativos, la mayoría con sede en Londres.
Se enfriaron también, pues, las expectativas de un endurecimiento de los requisitos de solvencia, en la primera conclusión formal de la reunión de ministros de Economía y Finanzas, que se celebró el primer fin de semana del mes en Busan (Corea) como preparación a la cumbre del G-20 de Toronto y en la que estuvo presente, sin voto pero... también sin voz y no porque no la dejen hablar, sino porque traga con todo, la vicepresidenta segunda, Elena Salgado.
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