La presión del Gobierno hacia los contribuyentes más modestos, dejando exentas a las grandes fortunas, es denunciada por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). Su secretario general, José María Mollinedo, explicó a Europa Press que si no se desplaza la presión hacia estos contribuyentes no se conseguirá reducir el fraude (uno de los más grandes de toda Europa), porque las cantidades defraudadas son mucho mayores entre los ricos.
¿Tendrá algún efecto el nuevo plan contra el fraude (?) que el presidente del Gobierno tiene previsto aprobar el 5 de marzo? Por si no lo estaban ya suficientemente, las grandes fortunas van a estar aún más agradecidas a Zapatero, porque la subida de impuestos tampoco les va a afectar. El Ejecutivo, ninguneando las propuestas de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), no va a endurecer la fiscalidad de las SICAV, el instrumento preferido de las grandes fortunas para tributar, debido a sus privilegios fiscales. No en vano, en plena crisis, las más de 3.200 Sicav que operan en España gestionando más de 25.000 millones de euros, aumentaron su capital en un 4,3% en el tercer trimestre del año pasado.
Los ciudadanos de a pie terminamos pagando los impuestos que el PSOE permite que los grandes capitales no paguen; y, además, esas aportaciones nuestras al Estado sirven para intervenir aseguradoras en apuros, como Agrupació Mutua (AM), mientras que ellas dedican sus reservas, que deberían servir para dar el servicio comprometido al ciudadano, a especular en sociedades de inversión, SICAVs y Sociedades de Fondos de Capital Riesgo, cuyas plusvalías están bonificadas en un 99%.
AM invertía en mercados opacos, de escasa liquidez y elevada volatilidad, como el de futuros, según el estudio de diciembre de ADICAE sobre las aseguradoras, junto con Allianz, Axa, Catalana Occidente, Mutua Madrileña, Fiatc, Mapfre, Cahispa y Musaat. También AM, junto con las cinco últimas y Pelayo y Previsión Sanitaria, se dedicaba al ladrillo; y AM y Mapfre a la banca, esa banca a la que se ha permitido meterse en cualquier negocio especulativo que se les ocurriese, sin más control que el envío de folletos, no siempre fidedignos, a los reguladores. La consecuencia de todo esto es que muchas aseguradoras y cajas se fusionarán, deshaciendo la pequeña competencia que alguna vez pudo haber.
Como acertadamente expone ADICAE para el caso de las aseguradoras, el negocio inmobiliario y la compraventa de valores, títulos y otros instrumentos financieros arriesgados deberían ser actividades vetadas para aquellas empresas en las que Estados privatizadores como el nuestro han delegado el bienestar de los ciudadanos.
Para rizar el rizo de la elusión del fisco, tenemos las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros que, en ocasiones, buscan Estados que aplican el secreto bancario (Luxemburgo, Austria, Suiza).
Pero nada de esto se toca, ¿verdad, Zapatero? El dinero tú lo sacas para tu plan de austeridad de los que se las ven para llegar a fin de mes, que seguro que se pueden apretar más el cinturón., ¿verdad? Pues en mi cole los que se metían sólo con los débiles recibían el apelativo de cobardes.
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