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05 septiembre 2009

Día de Extremadura: más corregir y menos aplaudir

Aunque todavía haya que recurrir a esto en la España de hoy, ha sido la presión ciudadana la que ha obligado a aplicar la ley, consiguiendo que el proyecto de Refinería se encuentre actualmente, a nivel administrativo, en situación de “plazo interrumpido”, a pesar de declaraciones como las de Fernández Vara, vaticinando una Declaración de Impacto Ambiental positiva antes del verano, y orientadas a presionar a los técnicos de los Ministerios de Medio Ambiente y de los Medios Rural y Marino, encargados de realizar el estudio.

Este escenario llega a partir de los recelos expresados desde Portugal y Andalucía. Y es que nuestra región vecina ya va por otros derroteros: su Consejería de Innovación y Ciencia concedió el pasado enero un incentivo de 9,5 millones de euros al Grupo Aurantia para una planta de microalgas en Puerto Real (Cádiz) que creará 40 empleos indefinidos -¿sabe Vara lo que es eso?. Las algas, para crecer, fijarán el CO2 captado de la fábrica de cementos de Holcim en Jerez de la Frontera, evitando la "emisión de casi 43.000 toneladas anuales", según la Consejería andaluza, que también explicó que la holandesa Algae Link, experta en tecnología para utilizar las algas como combustible, firmó un convenio de colaboración con el Grupo, como ya hiciera con un proyecto de la aerolínea KLM.

Se conocen más de 2.000 especies de microalgas, cuyo tamaño microscópico las hace más adecuadas para la producción de biocombustibles. Estos organismos son capaces de duplicar su biomasa en un sólo día. El investigador del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC José Luis Fierro estima que la alta eficiencia de las algas proporciona entre 10.000 y 20.000 m3 de fuel por km2 de superficie cultivada.

Entre las sinergias de estas plantas de producción de energía limpia, se cuentan la comercialización en granjas piscícolas de las algas deshidratadas como piensos, y la posibilidad de engancharlas a grandes emisores de CO2, como fábricas de yeso. La alta viscosidad del producto final, que no contiene sustancias tóxicas y es altamente biodegradable, hace que no requiera post-producción, pudiendo usarse directamente en motores diésel adaptados sin mezclarlo con productos fósiles.

Además, las algas son capaces de crecer en agua salada, dulce y hasta residual, lo que permitiría dejar en paz a ríos como el Guadiana, que tanto impacto sufrirá como tantas térmicas y refinerías les dejemos construir. También los atentados ecológicos como los que se pretenden cometer contra ecosistemas protegidos como Doñana o contra áreas fértiles de producción tradicional, quedarían soslayados porque las plantas de producción de microalgas pueden situarse en cualquier tipo de suelo.

Por todo lo dicho, la inversión en esta materia prima ya ocupa su lugar como otro más de los posicionamientos en energías renovables con mucho futuro. Este verano, incluso la primera petrolera del mundo, Exxon, conocida por su aversión a alejarse del petróleo, ha anunciado una inversión de 600 millones de dólares en un proyecto con algas junto con Synthetic Genomics.

Y Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales productores de crudo y el país con mayor huella ecológica por habitante, ha creado el brazo financiero Masdar para canalizar la inversión en renovables y crear una ciudad que no emitirá CO2.

Las empresas que se dedican a la biotecnología suponen cerca del 1% del PIB español y crecen a un ritmo del 25% anual, pudiendo llegar a alcanzar el 8% del PIB en menos de una década, según Fernando Garcés, director general de Genoma España. Pero este músculo tecnológico existente no se tiene en cuenta para superar la crisis y se prefiere un Plan E que sostenga la construcción y deje de lado a los sectores punteros y al tejido industrial innovador, compuesto en gran parte por pymes excluidas del PEIL.

La gestión de la crisis se puede llevar por delante una de las apuestas para salir de ella: más de 12.000 empresas, algunos millares de centros de investigación y ya más de 200.000 personas dedicadas al I+D en España, uno de los motores del desarrollo sostenido y de la competitividad, pero que no va a alcanzar ni el propósito de gasto del 2% del PIB previsto en el Programa Ingenio 2010. Como dice Guillermo García Reina, director del Centro de Biotecnología y Ecología Marina de la Universidad de Las Palmas, "con sol y playa se puede cultivar algo más que turistas".

La denuncia de la apuesta del PSOE extremeño por un modelo de industrialización arcaico, en un momento en que ellos mismos prevén casi 700 millones de euros menos para sus Presupuestos regionales de 2010, y en un momento en el que, según los informes de Red Eléctrica Española (REE) y del Gobierno de la nación, España puede producir todavía mucha más energía de la que consume, lleva a la Plataforma Ciudadana Refinería No a celebrar el próximo 7 de septiembre el Día de Extremadura frente a las puertas del Teatro Romano de Mérida.

Mientras dentro del Teatro se dilapidará en fastos y autobombo ese dinero que no hay, fuera tendrá lugar una fiesta de participación de todos los ciudadanos y colectivos extremeños.

1 comentario:

David Crespo dijo...

estoy apoyando con el blog publicandolo en el portal y difundiendolo en facebook, te invito a que incluyas en los enlaces el portal de desarrollo social de nuestra ciudad www.donbenitovillanueva.es
Vamos caminando despacio pero firmes, juntos podemos
Un abrazo
David Crespo.