El cabeza de lista de IU al Parlamento Europeo es el actual eurodiputado Willy Meyer, galardonado por el mejor trabajo europeo en relación con el bienestar y la salud, por su iniciativa para la prohibición de las armas con uranio empobrecido y su impacto sobre la salud humana y el medio ambiente.
El 15 de enero pasado, Willy Meyer votó en contra de la Resolución del Parlamento Europeo en relación al conflicto de Gaza, porque no demandaba medidas contundentes contra Israel por parte de la Comisión y Consejo, como la congelación del actual concierto de Asociación Unión Europea - Israel, vulnerado en su artículo 2 relativo al condicionamiento del mismo al respeto de los derechos humanos. Del mismo modo, la resolución común no exigía el cese del bloqueo de Israel sobre Gaza y tampoco exigía a los 27 Estados miembros la cancelación de toda exportación de armas a Israel.
España es el primer exportador de munición al África subsahariana. En 2006, vendió munición a Ghana por valor de 3,2 millones de euros, a pesar del predecible impacto negativo y del riesgo de tráfico ilícito a los países vecinos, algunos de ellos en conflicto o posconflicto. Si en estos países las armas hacen más difíciles (en ocasiones, imposibles) los esfuerzos de reconstrucción, reanudación del desarrollo y consolidación de la paz, estamos estrangulando al Tercer Mundo por dos lados: con armas y con directivas de inmigración (a las que también se opuso IU). Se cree que de todas las armas que están ilegalmente en circulación, un 80% terminó en el mercado negro tras una transferencia autorizada y aprobada por un Estado.
La Ley sobre el Control del Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso aprobada el 19 de diciembre de 2007 en el Congreso de los Diputados, obligaba al Gobierno a aplicar los criterios del Código de Conducta de la UE, que no permiten transferencias de armas a países en conflicto o donde se violen derechos humanos, entre otras limitaciones.
España se había convertido el año anterior en el 8º exportador mundial de armamento y material de doble uso, con 845 millones de euros (el doble que en 2005), y en la poca información pública aparecían destinos tan preocupantes como Colombia, Pakistán, Guatemala o Marruecos. Y ahora, pese a que esa Ley se aprobó por unanimidad, Israel sigue recibiendo cada vez más armas españolas.
Una ley, además, que pese a incluir un compromiso hacia la prohibición de las bombas de racimo (de efecto indiscriminado cuyas víctimas son en un 98% civiles), éstas se siguen fabricando en España.
El 15 de enero pasado, Willy Meyer votó en contra de la Resolución del Parlamento Europeo en relación al conflicto de Gaza, porque no demandaba medidas contundentes contra Israel por parte de la Comisión y Consejo, como la congelación del actual concierto de Asociación Unión Europea - Israel, vulnerado en su artículo 2 relativo al condicionamiento del mismo al respeto de los derechos humanos. Del mismo modo, la resolución común no exigía el cese del bloqueo de Israel sobre Gaza y tampoco exigía a los 27 Estados miembros la cancelación de toda exportación de armas a Israel.
España es el primer exportador de munición al África subsahariana. En 2006, vendió munición a Ghana por valor de 3,2 millones de euros, a pesar del predecible impacto negativo y del riesgo de tráfico ilícito a los países vecinos, algunos de ellos en conflicto o posconflicto. Si en estos países las armas hacen más difíciles (en ocasiones, imposibles) los esfuerzos de reconstrucción, reanudación del desarrollo y consolidación de la paz, estamos estrangulando al Tercer Mundo por dos lados: con armas y con directivas de inmigración (a las que también se opuso IU). Se cree que de todas las armas que están ilegalmente en circulación, un 80% terminó en el mercado negro tras una transferencia autorizada y aprobada por un Estado.
La Ley sobre el Control del Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso aprobada el 19 de diciembre de 2007 en el Congreso de los Diputados, obligaba al Gobierno a aplicar los criterios del Código de Conducta de la UE, que no permiten transferencias de armas a países en conflicto o donde se violen derechos humanos, entre otras limitaciones.
España se había convertido el año anterior en el 8º exportador mundial de armamento y material de doble uso, con 845 millones de euros (el doble que en 2005), y en la poca información pública aparecían destinos tan preocupantes como Colombia, Pakistán, Guatemala o Marruecos. Y ahora, pese a que esa Ley se aprobó por unanimidad, Israel sigue recibiendo cada vez más armas españolas.
Una ley, además, que pese a incluir un compromiso hacia la prohibición de las bombas de racimo (de efecto indiscriminado cuyas víctimas son en un 98% civiles), éstas se siguen fabricando en España.
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