Aunque a este lado del Guadiana los socialistas siguen apostando
por gastar ingentes cantidades de dinero en un AVE futuro, Portugal
aparcó definitivamente esta opción que priorizara el anterior gobierno socialista de ese país para conectar
Lisboa y Madrid, y, en segundo lugar, Lisboa y Oporto.
Así, el Plan Estratégico de Transportes con los proyectos prioritarios de
infraestructuras que para su pasada legislatura presentó el gobierno luso en la Asamblea de la República incorporaba la construcción de dos líneas
de altas prestaciones (tráfico a 250 km/hora) para el transporte
ferroviario de mercancías (luego modificado para
hacerlo mixto y que acogiera también pasajeros) en las que invertiría los fondos comunitarios asignados al AVE: en 2014, se aprobarían mil millones
para la línea entre Lisboa-Sines
(al Sur de la capital) y Caia (junto a Badajoz) rumbo a Madrid, 900 millones a la que une la
costera Aveiro (30 kilómetros al sur de Oporto) con Vilar Formoso (próximo a Salamanca) y 145
millones a los accesos a Galicia, como puertas de entrada y salida de Europa
para el comercio con América y el Atlántico africano, esperando, así mismo, que estas conexiones ferroviarias facilitaran las
exportaciones hacia el centro del continente.
Defendía así, el país vecino, el corredor ferroviario Eje 16 para el transporte de mercancías que nuestros diputados de PP y PSOE no quisieron defender en nuestro propio Congreso de los Diputados.
Una legislatura después, sin embargo, el primer ministro portugués, António Costa, aboga por utilizar los fondos comunitarios, además de en mejora de accesos ferroviarios al norteño puerto de Leixões,
uno de los principales de Portugal, en modernizar, sólo, el corredor ferroviario
entre Aveiro y Salamanca y la línea del Miño, que une su país y Galicia. No hay referencias al corredor extremeño, otro indicio de que la
prioridad del país vecino es la línea que cruza la frontera por Fuentes de Oñoro (Salamanca).
¿Cómo vamos a convencer a Portugal de que sus líneas de exportación en
dirección a Francia tengan continuidad por Extremadura, o siquiera de recuperar el antiguo Lusitania, que pasaba por Cáceres hasta
2012, si sus pasajeros y sus mercancías sufrirían unas vías extremeñas que, entre otras consecuencias, provocan que el tren de Cáceres a Mérida a veces ni llegue y que todos los trenes desde Mérida pasadas las tres de la tarde y en torno a las nueve de la noche salgan con retraso mínimo de 20 minutos? Por contra, el mes pasado Salamanca empezó a usar tren rápido por su nueva vía electrificada que les pone Madrid a 96 minutos, menos del doble de lo que tarda un extremeño en llegar a Don Benito desde que se sienta en el tren en Mérida.
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