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14 febrero 2012

Fusión sí o sí

La reforma laboral unida a la culminación de la reforma financiera iniciada por el PSOE ocasionará una oleada de despidos en las cajas españolas sin el otrora colchón de las medidas no traumáticas.

Banca Cívica -entidad formada por Cajasol, Caja Navarra, CajaCanarias y Caja de Burgos- anunció el jueves a los sindicatos en la reunión de la mesa laboral que el plan de negocio (no aportado) de la entidad "hace necesario el cierre de 156 oficinas y la salida de 1.480 personas, de las que 450 serían de servicios centrales, 970 de oficinas y 60 de las de apoyo a la red" (según nota de los sindicatos a los trabajadores), mediante prejubilaciones, bajas incentivadas, suspensiones o reducciones de jornada, movilidad geográfica y modificación de condiciones. Curioso cuando Comfia-CCOO ha llegado a denunciar la falta de personal para garantizar una atención eficiente el pasado verano.

Este sindicato aún está a la espera de la carta que a finales de 2011 remitió a los copresidentes de Banca Cívica, Enrique Goñi y Antonio Pulido -presidente éste último de Cajasol-, en la que más de 4.000 empleados de la entidad (la mitad de la plantilla) exigían a la cúpula ajustar sus "inadecuadas y desmedidas" retribuciones, en línea con la reducción de personal.

El consejero de Empleo de la Junta de Andalucía, Manuel Recio, se limitará a estar "a lo que corresponda para mediar" entre Banca Cívica y los sindicatos para "si es posible" alcanzar la "mejor" solución, como "en cualquier otro conflicto laboral". Es decir, nada de intervención para paliar las desigualdades en esto de cargar con los efectos de la crisis, mientras que la nota interna de los sindicatos exige "depuración de responsabilidades". Además, sospechan que Banca Cívica prepara "otras medidas".

Tras la negociación de su convenio colectivo, CC OO, UGT y Csica han aceptado someterse a dos años de congelación salarial, 2011 y 2012, prorrogables otros dos en caso de recesión. Toda una victoria para la patronal de las cajas, Acarl, que siempre ha intentado desvincular los sueldos de la evolución del IPC. Se establecía también una hoja de ruta para afrontar los ajustes de empleo por los cambios en el sistema financiero.

Aunque el capitalismo no hubiera estallado por esta costura, ya se habría encargado el presidente andaluz José Antonio Griñán de fabricar otras fusiones con el consiguiente coste laboral y de competencia en el sector, en pro del viejo proyecto de la caja única andaluza por el que luchó su predecesor Manuel Chaves hace más de una década.

"El PSOE ve con buenos ojos la iniciativa de Griñán y más aún desde que Rodrigo Rato reforzó la influencia del PP en el sector tras la reciente alianza de Caja Madrid con Bancaja."
(Vicente Clavero, Público 21 de junio de 2010)

Eran los tiempos en que se invitaba a Cajasol a pujar por la intervenida Cajasur y Antonio Pulido, pescando en río revuelto, había intentado absorber Caja Castilla La Mancha (CCM), sin que el Banco de España le dejara, tanteado a las extremeñas y llegado a un acuerdo con la de Guadalajara.

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