Esta mañana el director de Bankia y exvicepresidente con José María Aznar, Rodrigo Rato, ha acudido por segunda vez en 3 días a la sede del PP, esta vez para mantener una reunión con Mariano Rajoy. También por la mañana Rato ha acudido al Nueva Economía Fórum para presentar la intervención del presidente de la CEOE, Juan Rosell.
De terminar como ministro de Rajoy, Rato abandonaría Bankia en un momento convulso. El Banco de España esperó al día después de las elecciones para intervenir el Banco de Valencia, integrado en Banco Financiero y de Ahorros (BFA, matriz de Bankia), destinándole 1.000 millones de euros de dinero público para fortalecer su capital y otros 2.000 millones de línea de crédito para asegurar su liquidez.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco valenciano ha cifrado, según los requerimientos del Banco de España, tras la inspección, su déficit inicial de provisiones para riesgos crediticios y activos adjudicados en 562 millones de euros, aunque reconoce que "podría ser mayor" y deberá ser cargado contra resultados.
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del organismo presidido por Miguel Angel Fernández Ordóñez, nombró administradores provisionales del banco a petición de su Consejo "para estabilizarlo y recapitalizarlo" con el fin de afrontar su posterior enajenación en un proceso competitivo.
La entidad estaba valorada en el mercado en el momento de la intervención en 364,5 millones de euros, no recuperables por sus accionistas si el Banco de España lo tasa a cero euros, como hizo con Unnim. Las acciones que poseen BFA, los Noguera (con un 5,16%), los Aznar (fundadores de Marie Claire; 11,2%), los Soriano (de Porcelanosa; 3,3%) o el grupo Guggenheim (con el 8,5%) pasarían a no valer nada.
BFA contabilizaría la pérdida de recursos propios que tenía apuntados de la entidad, es decir, el 27,3% de 1.238 millones, pudiendo decidir apuntarse parte en las cuentas de este año y otra en las del próximo. Como la participación es toda suya y no tiene nada que ver con Bankia, las pérdidas quedarán en la matriz y no contaminarán a la filial.
Si bien en las dos semanas previas 500 millones en depósitos salieron de la entidad, a partir de la publicación de sus problemas, ya en la Junta General de Accionistas del 6 marzo de 2010, había sido puesto de manifiesto por parte de los accionistas minoritarios el elevado riesgo en el activo, con más de 1.615 millones de euros en inmovilizados de difícil realización, entre ellos, empresas participadas, por más de 195 millones, aparte de 400 millones en endeudamientos concedidos por el banco a dichas empresas. Estos accionistas señalaron participaciones en más de 44 empresas sin relación con la actividad comercial del Banco de Valencia.
El ya exvicepresidente de Bankia, José Luis Olivas, se negó ayer a dimitir de la presidencia de Bancaja. Fuentes del Consejo explicaron al diario Público que Olivas aseguró que ya ha asumido toda la responsabilidad que le correspondía por la caída del Banco de Valencia, aunque cobrará su plan de pensiones, que podría rondar los 300.000 euros, dado que Bankia tiene reservados 1,26 millones este año para los tres principales ejecutivos.
De terminar como ministro de Rajoy, Rato abandonaría Bankia en un momento convulso. El Banco de España esperó al día después de las elecciones para intervenir el Banco de Valencia, integrado en Banco Financiero y de Ahorros (BFA, matriz de Bankia), destinándole 1.000 millones de euros de dinero público para fortalecer su capital y otros 2.000 millones de línea de crédito para asegurar su liquidez.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco valenciano ha cifrado, según los requerimientos del Banco de España, tras la inspección, su déficit inicial de provisiones para riesgos crediticios y activos adjudicados en 562 millones de euros, aunque reconoce que "podría ser mayor" y deberá ser cargado contra resultados.
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del organismo presidido por Miguel Angel Fernández Ordóñez, nombró administradores provisionales del banco a petición de su Consejo "para estabilizarlo y recapitalizarlo" con el fin de afrontar su posterior enajenación en un proceso competitivo.
La entidad estaba valorada en el mercado en el momento de la intervención en 364,5 millones de euros, no recuperables por sus accionistas si el Banco de España lo tasa a cero euros, como hizo con Unnim. Las acciones que poseen BFA, los Noguera (con un 5,16%), los Aznar (fundadores de Marie Claire; 11,2%), los Soriano (de Porcelanosa; 3,3%) o el grupo Guggenheim (con el 8,5%) pasarían a no valer nada.
BFA contabilizaría la pérdida de recursos propios que tenía apuntados de la entidad, es decir, el 27,3% de 1.238 millones, pudiendo decidir apuntarse parte en las cuentas de este año y otra en las del próximo. Como la participación es toda suya y no tiene nada que ver con Bankia, las pérdidas quedarán en la matriz y no contaminarán a la filial.
Si bien en las dos semanas previas 500 millones en depósitos salieron de la entidad, a partir de la publicación de sus problemas, ya en la Junta General de Accionistas del 6 marzo de 2010, había sido puesto de manifiesto por parte de los accionistas minoritarios el elevado riesgo en el activo, con más de 1.615 millones de euros en inmovilizados de difícil realización, entre ellos, empresas participadas, por más de 195 millones, aparte de 400 millones en endeudamientos concedidos por el banco a dichas empresas. Estos accionistas señalaron participaciones en más de 44 empresas sin relación con la actividad comercial del Banco de Valencia.
El ya exvicepresidente de Bankia, José Luis Olivas, se negó ayer a dimitir de la presidencia de Bancaja. Fuentes del Consejo explicaron al diario Público que Olivas aseguró que ya ha asumido toda la responsabilidad que le correspondía por la caída del Banco de Valencia, aunque cobrará su plan de pensiones, que podría rondar los 300.000 euros, dado que Bankia tiene reservados 1,26 millones este año para los tres principales ejecutivos.
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