José María Aznar calificó de "extrema izquierda marginal antisistema" al movimiento 15-M. Si algún simpatizante del PSOE tiene intención de afearle la conducta al expresidente, puede empezar por barrer su propia casa. Hace algo más de un mes, Gregorio Peces-Barba dedicaba un artículo a las "personas de buena fe que denuncian problemas reales, pero que tienen tan alta opinión de sí mismos que no respetan el pluralismo ni otras opiniones diferentes, y que, con una soberbia desmesurada, creen que pueden partir de cero y reinventar una democracia asamblearia, sin partidos ni elecciones por sufragio universal".
Los cientos de miles de personas que se congregaron en la tarde de ayer en las principales ciudades españolas ya le quitaron la razón al socialista: "No creo que con esas premisas tengan ni adhesiones ni futuro. Además", decía, "el peligro del fascismo, al menos en las formas, está también presente". ¿Tan fascista como hurtar la posibilidad de decidir al pueblo una reforma constitucional? ¿O tan fascista como que no se incluyera la implantación de la proporcionalidad en la “reforma de la legislación electoral” que recogía el documento marco para la Conferencia Política socialista del que saldría su programa electoral?
Las mismas palabras de Peces-Barba son aplicables a sus propios votantes: "Piensen bien su voto y si no aciertan no se quejen después de que estén desmantelando los progresos sociales [...] Han sido los votantes obreros y de clase media los que han posibilitado el atroz desmoche de sus derechos y de sus beneficios. Si les votan no se quejen". Tú lo has dicho, padre de esta Constitución que reniega de ti como ciudadano, pues a las firmas de Llamazares y otros, no se unieron las de tu partido para pedir el referéndum.
Sin embargo, desacreditado Peces-Barba, pero dados los millones de votos que parece van a recibir PP y PSOE en las próximas generales, el que quizás sí tenga razón sea Aznar cuando dice que "su representatividad [la del 15-M] no es importante en la vida española". El 20N nos jugamos esa representatividad.
Los cientos de miles de personas que se congregaron en la tarde de ayer en las principales ciudades españolas ya le quitaron la razón al socialista: "No creo que con esas premisas tengan ni adhesiones ni futuro. Además", decía, "el peligro del fascismo, al menos en las formas, está también presente". ¿Tan fascista como hurtar la posibilidad de decidir al pueblo una reforma constitucional? ¿O tan fascista como que no se incluyera la implantación de la proporcionalidad en la “reforma de la legislación electoral” que recogía el documento marco para la Conferencia Política socialista del que saldría su programa electoral?
Las mismas palabras de Peces-Barba son aplicables a sus propios votantes: "Piensen bien su voto y si no aciertan no se quejen después de que estén desmantelando los progresos sociales [...] Han sido los votantes obreros y de clase media los que han posibilitado el atroz desmoche de sus derechos y de sus beneficios. Si les votan no se quejen". Tú lo has dicho, padre de esta Constitución que reniega de ti como ciudadano, pues a las firmas de Llamazares y otros, no se unieron las de tu partido para pedir el referéndum.
Sin embargo, desacreditado Peces-Barba, pero dados los millones de votos que parece van a recibir PP y PSOE en las próximas generales, el que quizás sí tenga razón sea Aznar cuando dice que "su representatividad [la del 15-M] no es importante en la vida española". El 20N nos jugamos esa representatividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario