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25 septiembre 2010

La derecha y el falso aval de buenos gestores

Los representantes sindicales de trabajadores de la limpieza de Madrid recibieron el jueves por la noche una llamada del presidente de la Asociación de Empresas de Limpieza Pública (Aselip, formada, entre otros, por FCC, Ferrovial, ACS y Sacyr-Vallerhermoso, responsables de la limpieza de Madrid), Francisco Jardón, quien les comunicó la decisión de las concesionarias de no pagarles la nómina de septiembre. El motivo es que el consistorio lleva desde noviembre de 2009 sin pagar a las compañías, acumulando una deuda de 300 millones de euros.

Esto ocurre dos días después de que la delegada de Medio Ambiente del ayuntamiento, Ana Botella (PP), considerase a los mendigos una "dificultad añadida" para mantener limpio el centro de la ciudad, todo un síntoma de que la medida se estaba cocinando: "Parece que se estuvieran preparando la excusa. Fue una barbaridad más de esta señora", denunció ayer el responsable del Saneamiento Urbano de CCOO-Madrid, Félix Carrión. Por su parte, para el secretario del sector Servicios a la Comunidad de UGT-Madrid, Moisés Torres, "es absurdo que eche la culpa a los mendigos, cuando ella sabe perfectamente cuál es el factor determinante de los servicios de limpieza", que no es otro que el recorte del 15% de la mensualidad que se paga a las compañías desde junio, cuando ya llevaba más de medio año sin pagarlas. El recorte llevó al paro a los trabajadores eventuales a medida que expiraban sus contratos.

Otra de las medidas de contención del gasto consistió en disminuir de forma paulatina la plantilla del turno de noche, derivando a los trabajadores a turnos de día, para evitar el pago del complemento de nocturnidad, explican UGT y CCOO. Además, el verano pasado no se contrataron barrenderos para suplir a aquellos empleados de la limpieza que se fueron de vacaciones. Entre junio, julio y agosto, un tercio de la plantilla estaba de vacaciones, por lo que el número de trabajadores se redujo en unos 2.000. La plantilla también la componen los barrenderos de fin de semana, que además trabajan los días festivos; su nómina, de entre 400 y 600 euros, depende del número de días que trabajan cada mes. "En octubre empieza la caída de la hoja y este año no se van a contratar refuerzos", denuncia Carrión, de CCOO: "La acumulación de hojas dificultará el día a día de las personas con dificultades de movilidad".

El ayuntamiento también adeuda varias mensualidades a las empresas concesionarias de la recogida de basuras, de la limpieza de jardines y del reciclado de vidrio, papel y cartón. Los sindicatos temen que los trabajadores que recogen cada noche la basura sean los próximos castigados con la suspensión de sueldo.

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